De Paisa a Soldado X

3. Gracias Patria Querida, He sido tu Soldado y eso me hace Feliz.

Seguí en la institución hasta licenciarme con grado de alférez en agosto del año 98. Pasaron muchas cosas entre medio:

Primero, la frase que encabeza este título se la escuché en la ceremonia de cambio de mando al General Pinochet, quien entrego al teniente general Ricardo Izurieta Cafarena la comandancia en jefe en marzo del 98, después de 25 años en el cargo y más de 50 en el ejercito. Empieza así un proceso de modificaciones fundamentales en la institución, que han seguido hasta el día de hoy.

No comparto casi nada con el retirado general y dictador. Sin embargo me siento orgulloso de haber formado en la “Sección Prusiana” del Buin, junto a los bravos “Prusianos”, junto además con Peña, Parra, Acevedo y otros.

Me emociona el saber que ser un buen soldado es bastante más que ser bueno para disparar, para algo físico o controlar el dolor y el cansancio. La parte fundamental en esto es aprender a vivir con y para los demás, como si la unidad fuera un cuerpo que sufre y vive por sobre uno. El cuerpo mayor, se llama Patria, es aquello por lo que uno es efectivamente soldado y no deja de serlo nunca, por que los verdaderos esfuerzos se siguen realizando en el día a día.

La lealtad no exige reciprocidad. Es gratis y se entrega por amor. En cierta medida, Patria es lo que se ama, principalmente aquellos quienes uno ama.

Así, he intentado siempre ser un soldado de mi Patria, sin la connotación bélica que pueda dársele. Eso es bien difícil, pues debo vencer el egoísmo, las trabas que uno mismo se pone y las excusas, disfrazadas de certezas. Se debe vencer la soberbia y la ilusión de creer que se está cumpliendo con lo exigido a ultranza, por ser mejor que el resto casi por derecho divino. El ego es enemigo del soldado. Y la violencia de la vida nos lo cobra.

Según ese punto de vista, somos todos soldados en los esfuerzos diarios por que la vida de nuestros semejantes sea mejor. Hay algunos mejores que otros, pero, el mejor de todos, es aquél que es más generoso y que menos se preocupa de ganar, sin dejar de esforzarse por hacerlo. El que vive cada segundo por su patria.

En el primer período la mayor antigüedad la obtuvo Alegría, seguido de Ramos, Peña, Fredes y yo en quinto lugar y al parecer por bastante lejos.

Fuimos promovidos a un curso de aspirantes a oficial, donde estaban entre otros, Fredes, Alegría, Acevedo, Ramos y Peña. La primera antigüedad de ese curso la obtuvo Peña, el mejor soldado que he conocido, quien también había sido reconocido como mejor compañero. La segunda la he obtenido yo, seguido de Ramos, Alegría y Fredes.

La vida nos ha separado, lo cual lamento profundamente.

Hace poco me encontré con Claudio Ramos, ahora tiene una hija con su señora Alejandra. Pasa por ciertos apuros económicos y no supe como ayudarlo. Soy un soldado que falla reiteradamente.

De Fernando Acevedo, sé que es homosexual y que ha vivido con varias parejas hasta ahora. Eso me impresionó en su momento, por que me contó mientras éramos soldados todavía y con la homofobia reinante, eso era casi un suicidio. Le agradezco mucho su confianza. Pero hace años que no sé nada de él.

Del resto sé muy poco. Les deseo lo mejor y les agradezco haber puesto su mejor empeño en ser valientes, honrados y amantes de sus propias y personales patrias.

JURAMENTO A LA BANDERA:

“Yo, Soldado, ____________________________________. Juro por Dios y por esta Bandera, servir fielmente a mi Patria, ya sea en mar, en tierra o en cualquier lugar, hasta rendir la vida si fuese necesario. Cumplir con mi obligaciones y deberes militares, conforme a las leyes y reglamentos vigentes. Obedecer, con prontitud y puntualidad las ordenes de mis superiores. Y poner todo empeño en ser un soldado valiente, honrado y amante de mi Patria.”