martes, agosto 19, 2008

Calzados por el Calzado

Uf! que tiempo que no escribía!

Hola a todos, los pocos que son, como les va.

Bien, han pasado algunas cosas en mi vida, que seguramente escribiré en algún momento, si es que ya no se las he contado.

Ocurrió que hace algunas semanas fuimos a una discoteque, una que tiene ambientación y forma de pirámide, lugar en donde fuimos calzados y cuya historia paso a redactar.

Primero que todo, quiero señalar que a mi me gusta mucho bailar, pero que lo hago muy mal y que no he podido ni siquiera aprender a bailar el meneito.
En segundo lugar, a mi no me gustan las discos: No se puede conversar nada que no sea a gritos (es curioso, algunos dicen: “Voy a conocer gente”… me causa mucha curiosidad como se conocen si no se comunican… sordomudos?), son casi tan impersonales como una micro en la mañana y son estupidizantes a grados demenciales, debido a que lo único que prima es el atractivo físico, pues lo otro, si quiera puede servir de algo. Lo que si, es que te producen es aturdimiento y por eso (igual que la Tele, el copete, las drogas, Facebook y Fotolog) son divertidas y la gente se arregla para ir. Como decía Rafael San Luis: “Fingido o real poco importa, lo que importa es aturdirse!” (Amen). Pero principalmente eso de no poder conversar, que es lo que hace que tampoco me gusten muchos de los pubs a los que he ido, por que pa tomar copete wn, en mi casa sale mas barato!!!

Pero bien, haciendo de tripas corazón y con motivo de la venida a la Capital de la República de mi amigote Miltón, quien viene desde la tierra de Eduardo Abaroa, fuimos no más y acompañantes mediante, 10 lucas chilenas a la balanza por cada uno. Así, sencillito.

En eso estábamos, cuando un guardia nos señaló que: “Con zapatillas (o tennis para los no chilenos) no se puede entrar. Y no pueden entrar por que son flaites”.

El insulto no se quedó ahí y pese a que el Tata se mantuvo sereno y razonable, el resto de nosotros nos encolerizamos de inmediato y el que redacta le envió un absolutamente inapropiado: “Y vo a quien le hai ganao wn??”.

La cosa es que seguimos dando jugo, hasta hablar con el administrador y finalmente ganó la premisa del Tata: “oye, mira, ese que va ahí, con zapatos de vestir, con terno o con lo que sea, te paga 10 lucas y lleva la billetera vacía. No me digai flaite, cuando cualquiera puede ponerse zapatos”.

Lo más impresionante, es que la famosa Luxor, de diseño cuestionablemente egipcio, propiedad de la archiconocida Cuca, es por dentro una pirámide donde se guardan FLAITES!!! Oye wn, la mayoría no tenía zapatillas, es verdad, pero la cara, los gestos y principalmente, la carencia absoluta de gusto para todo, denotaba, abiertamente que los zapatos no hacen al flaite, como el hábito no hace al monje.

Nos calzaron wn, de verdad fue una mala elección ir para allá. Es una discoteque flaite, donde nos trataron mal de entrada por no llevar zapatos (que es una actitud totalmente flaite), donde naturalmente no se puede conocer a alguien interesante, la gente es rancia, el copete es caro y la cantidad de flaites por metro cuadrado haría palidecer a Don Graf.

No vuelvo nunca más a esa wea y en la medida de mis posibilidades, no vuelvo nunca más a una discoteque. Es que wn: Para que! En mi casa podemos bailar, el copete sale barato, podemos cambiar la música al antojo de quien quiera, bailar cueca, conversar y de verdad, las personas más importantes de mi vida, no las conocí en una disco flaite. Además muy flaite!!! En donde los zapatos son un indicador de calidad de persona. No se les olvide que de zapatos sabe hasta Al Bondie. Como corolario me queda expresar mi arrepentimiento, el guardia al menos le ha ganado a alguien: a mi!